Seguramente en el círculo cercano del presidente López Obrador sonríen, como él, cuando ponderan lo nuevo de sus cambios drásticos en las relaciones prensa-gobierno, porque sí están calando en las formas de hacer periodismo político y porque en especial muestran como anacrónicos los procedimientos de quienes hacen columnas de opinión.
Evaluemos cuatro datos nuevos:
Disminuye muy poco la aceptación ciudadana del presidente. La empresa Oráculos difunde que el promedio de nueve encuestadoras al mes de septiembre es del 59 por ciento. Esto significaría que del total de mexicanos en edad de votar (unos 91 millones) lo respaldan más de 53 millones, lo que contrasta con los 30 millones 113 mil ciudadanos que votaron porque fuera presidente. (Leer)
No es el Presidente más criticado en diarios. En su conferencia de prensa del 25 de septiembre, el presidente informó que de 148 artículos y columnas publicados en ocho diarios capitalinos el 66.3 por ciento fueron negativos para su gobierno, 10.6 por ciento positivos y 23.1 por ciento neutrales. Allí volvió a decir que es el más atacado de la historia.
Pero, esto lo rechazó Luis Estrada, director general de la empresa SPIN Comunicación Política A.C. Él afirmó que su equipo hizo un análisis similar de siete diarios nacionales del 24 de septiembre en el segundo año de las gestiones de Calderón Hinojosa y Peña Nieto y sus resultados son más que interesantes para quienes sostienen que la mayoría de los medios estaban coludidos con esos gobiernos:
Con Calderón, sostiene Luis Estrada, el 24 de septiembre de 2008, el 61 por ciento de las columnas (tres de cada cinco) fueron “negativas” para el gobierno, 30 por ciento “neutrales” y nueve por ciento “positivas”.
Con Peña Nieto, el 24 de septiembre de 2014, el 73 por ciento de las columnas (tres de cada cuatro) fueron “negativas”, 17 por ciento “neutrales” y 10 por ciento “positivas”. (Audio)
Es el presidente que creo un escudo de las noticias y comentarios críticos en la prensa. La misma empresa de Luis Estrada, difunde en su sitio web que en los casi dos años de la gestión de López Obrador se ha referido negativamente en 535 ocasiones a opinadores y medios impresos: 25 veces contra Héctor Aguilar Camín, ocho a Nexos, cinco a Letras Libres y 29 veces a Enrique Krauze; además de ellos se registraron 282 menciones a Reforma, 65 a El Universal, 50 a El Financiero, 50 a Televisa y 24 al diario estadunidense Wall Street Journal.
Aparte otras interpretaciones, esta práctica presidencial de reacción rápida a las críticas en la prensa escrita y electrónica es un elemento muy nuevo en el cambio de las relaciones prensa-gobierno porque así tiende un escudo que se complementa con la difusión simultánea de las conferencias matutinas en redes sociales, en los medios públicos y en empresas multimedia privadas.
Para contrastar esta afirmación obsérvese el caso de Enrique Peña Nieto, que a pesar de las cuantiosas sumas que erogó durante los seis años de su gobierno a las empresas periodísticas impresas y electrónicas, las fuertes críticas que recibía en noticias y opiniones (entre otros columnistas de Raymundo Riva Palacio, Julio Hernández López, Carmen Aristegui, Roberto Rock) sí estimularon su caída estrepitosa en la aceptación ciudadana: en aquel septiembre de 2014 registraba 42 por ciento en promedio y terminó su sexenio en noviembre de 2018 con apenas el 16.6 por ciento de aceptación ciudadana. (Véase Oraculos.com)
Las críticas presidenciales no perturban a medios de prensa profesionales. En los meses cercanos han aparecido estudios diversos confirmatorios de que los medios de prensa profesionales (con plataformas impresas y digitales) se colocan como más confiables que los sitios web de comunicadores improvisados que pululan en las redes sociales.
El más reciente de estos estudios es de la organización Luminate que muestra como los medios más confiables a tres que dedican coberturas amplias a la gestión presidencial: El Universal, Aristegui Noticias y Milenio multimedia.
De acuerdo con el estudio, el principal cambio de hábito que generó la cuarentena es un mayor consumo de noticias (37% de los encuestados declararon leer noticias mucho más que antes).
Los noticieros de TV son los más utilizados para informarse (22.34%), le siguen las redes sociales (19.01%) y los sitios de diarios tradicionales (18.09%).
Aunque la TV lidera el consumo de tiempo, no genera una mayor confianza, sino la radio.
En tanto, los sitios de noticias digitales obtienen un alto nivel de confianza, similar a los diarios tradicionales.
-La lectura semanal de medios digitales tiene una incidencia del 85% de la población.
El Universal, Aristegui Noticias y Milenio son los más confiables. Estos tres están entre los medios digitales más conocidos junto a TV Azteca, Televisa y Reforma. Los seis declaran haber tenido la mayor penetración. (Reporte Consumo y Pago de Noticias Digitales México (ES) – Luminate 2020 by Aristegui Noticias on Scribd)
Lo que tiene que cambiar en el periodismo.
De todo lo anterior se pueden derivar nuevas conclusiones de los cambios en la relación prensa gobierno:
Los tres medios de prensa profesionales más confiables (El Universal, Aristegui Noticas y Milenio), a juicio de este veterano reportero, han sabido privilegiar la condición base de la ética periodística que es informar con suficiencia y oportunidad; ninguno de ellos ha dejado los espacios para la crítica, pero en general esta se hace de la forma correcta: análisis con datos y con especialistas o conocedores de los temas, no con improvisaciones. Este es un modelo profesional viejo del periodismo en otros países que puede servir de ejemplo en México a quienes busquen actualizarse a las nuevas relaciones.
Si la aceptación ciudadana de la imagen presidencial disminuye muy poco a pesar de la enorme confluencia de opiniones negativas no es solamente porque el presidente haya creado un escudo de reacción rápida complementado con la difusión masiva de sus informes por otras vías sino también porque la calidad periodística, sentido a intención de la mayoría de artículos y columnas han perdido confiabilidad de sus públicos, en una atmósfera de alta politización.
Para quien le interese, todo indica que es hora de revisar también las formas de realizar los géneros de opinión y análisis para privilegiar, primero, el principio de ofrecer información oportuna, suficiente, verificada e irrebatible; y en segundo lugar que los autores conozcan sus temas y sean confiables, que sus opiniones sean sustentadas con datos, más sustancia y menos adjetivos o conclusiones sacadas de contexto por intereses distintos al servicio social que debe cumplir el periodismo profesional.