Las Diatomeas son parte de un conjunto de más de 20 mil especies de algas unicelulares, su principal característica son sus cubiertas o caparazón silíceo (frústulos) que poseen distintivos precisos que permiten su identificación. Estas algas se pueden encontrar en cualquier cuerpo de agua, ambientes ácidos, alcalinos, hielos o aguas termales, sobre plantas como musgos e incluso en la corteza de algunos árboles y su localización está estrechamente relacionada con las características físicas y químicas del ambiente en el que se encuentran.
Su estudio en el ámbito forense puede servir como indicio valioso ya que por ser microscópico el criminal no le tomara importancia, por lo que es de suma importancia que sea un especialista y experto en su biología para lograr su plena identificación. La prueba que se aplica debe establecer su presencia, numero de diatomeas encontradas y especificar qué clase de alga es; ese resultado debe complementarse con los diversos elementos recabados durante la investigación.
Este tipo de algas se ha encontrado en los pulmones de cadáveres con indicios de ahogamiento por sumersión y su análisis permitirá identificar el lugar donde se suscitó el incidente.
En algunos casos de cadáveres localizados en el mar se han identificado diatomeas de agua dulce, arrojando indicios importantes que la persona se ahogó en un área distinta a la que se encontró.
Abordare un caso importante que se suscitó en Madrid en 2011, el cuerpo de Teresa (N), una menor de cinco años, fue localizado por trabajadores de la empresa CEPSA, flotando boca abajo en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel, todo mostraba que la menor había caído y se había ahogado, la autopsia arrojo que la menor había muerto antes de ingresar al agua ya que no se encontró agua en sus pulmones.
En este caso ¿cómo ayudaron las diatomeas a resolver lo que al final fue un asesinato? Los especialistas investigaron a las personas cercanas a su entorno, familia y vecinos, siguiendo los pasos previos a su muerte. Salvador (N), quien radicaba cerca, tenia varias sentencias firmes por delitos de abuso sexual, hecho atrajo las miradas de los expertos.
El sospechoso atrajo a la menor a su casa con un osito blanco, donde abusó de ella y cuando la menor intentó escapar, el forcejeo le causó lesiones en la cabeza que la dejaron inconsciente.
Salvador (N) solicitó la ayuda de su hermana Rita (N), quien se encontraba dormida al momento de incidente. Ella aceptó apoyarlo y trasladaron el cuerpo de la menor en el vehículo de ella, para arrojarlo al rio.
Ella regreso a la vivienda en su carro y Salvador caminando, al llegar a su casa se dispuso a lavar sus botas que habían quedado cubiertas de lodo, pero cuando los investigadores realizaron la revisión de la vivienda encontraron las botas, las cuales fueron analizadas exhaustivamente, encontrándose diatomeas que coincidían con las características físicas y químicas de las que prevalecían en el rio en el que se localizó el cuerpo.
La evidencia fue suficiente para colocar a salvador en el lugar en que se encontró a la menor y terminó confesando el crimen.
En un hecho delictivo toda evidencia encontrada por mas pequeña que sea puede ayudar a la resolución del caso.