De los proyectos anunciados por el Gobierno del Estado de México para impulsar la economía y mitigar el impacto por el Covid-19 ninguno considera al sector informal, que tan solo el año pasado dio empleo a casi tres millones de mexiquenses que carecen de seguridad social y estímulos fiscales.
Tal es el caso de Alberta y María Dolores, quienes todos los días acuden al Centro Histórico de Toluca a comercializar legumbres. Ambas mujeres están enteradas de la pandemia, sin embargo, el temor de quedarse sin comer es más fuerte que el contraer la enfermedad, razón por la que, dicen, no pueden darse el lujo de quedarse en sus casas.
Vamos a echar para adelante, vamos a vender. ¿Qué vamos a hacer? Solamente Diosito nos va a ayudar; es el único (…) a Él. Nosotros vamos a viniendo para poder vender lo poco que podamos para que no nos falte de comer”, comenta Alberta quien con destreza limpia nopales que prepara para ofrecer, pese a la poca gente que transita sobre la avenida Independencia, en la que habitualmente se instala En la zona la mayoría de los locales permanecen cerrados como medida para evitar la propagación del virus.
Con la vista clavada en la planta, a la que rápidamente retira las espinas, la mujer de 63 años quien además padece diabetes, confía que en la bolsa con más de 10 kilos del producto, que todos los días traslada desde San Juan de las Manzanas, en Ixtlahuaca, le dará ganancias.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), que trimestralmente realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el Estado de México la población económicamente activa es de ocho millones 195 mil 645. De esa cifra, la tasa de ocupación informal es del 33.34 por ciento.
Mientras que de los tres millones 259 mil 019 mujeres insertas en la población económicamente activa, tres de cada diez mujeres trabaja en el sector informal, lo que representa el 32 por ciento.
En 2018 la medición de la Economía Informal (INEGI) mostró que por cada 100 pesos generados del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, 78 pesos provinieron de los ocupados formarles mientras que 22 pesos corresponden a los ocupados en informalidad.
“No tenemos alternativas más que seguir viniendo, no podemos darnos el lujo de quedarnos en casa debemos sacar para comer y los medicamentos”, refiere María Dolores, quien sufre de hipertensión y diabetes.
Las medidas anunciadas por el gobernador Alfredo del Mazo para impulsar la economía en la entidad y hacer frente a los impactos por el Covid-19, consiste en destinar dos 900 millones de pesos, de los cuales mil 600 millones de pesos, se emplearán para familias vulnerables, mediante el otorgamiento de apoyos alimentarios, así como apoyos económicos para amas de casa y artesanos.
El gobierno estatal además dará microcréditos a tasa cero para proyectos productivos, además abrirá una línea de crédito para financiamiento a las micro pequeñas y medianas empresas (Mipymes), ninguna de estás acciones incluye al sector informal.
“Los amolados somos nosotros, para eso pelean el voto…porque nos prometen que nos van a ayudar y que vamos a mejorar…Ya recibieron (el cargo) y se olvidan de los pobres. Como persona diabética podría hacerme daño esta situación pero, ¿Qué hago?”, remata María Dolores, de 57 años, encogiendo los hombros.