Grooming, delitos en la red

En la actualidad los delitos cibernéticos están afectando a mucha gente, ya que permite el anonimato y construirse una fachada que no levante sospechas o se visualice inocente. Una de estas modalidades es el grooming, que usan las redes de pederastria mundial para captar a niñas, niños y adolescentes.

En 1969 el internet dio inicio para fines militares para agilizar el envío de información en forma rápida y segura. En los 90 se disparó con grandes avances y empresas como Yahoo! y Google abrieron el mundo digital para que cualquier persona pudiese tener contacto con otras. Esto también abrió una puerta para muchos predadores de menores.

El grooming permite a un adulto acercarse a un menor con la intención de ganar su confianza, entablar una “amistad” o conexión emocional y sin que este se dé cuenta encaminarlo para que realice actividades con fines sexuales.

Los medios favoritos que usan los predadores para contactar a sus víctimas son las redes sociales, usando perfiles ficticios con fotos de jóvenes de la misma edad y dependiendo la víctima es la estrategia que utilizaran para el acercamiento. Poco a poco van obteniendo datos de su entorno, gustos, domicilio, escuela, horarios y momentos que se encontraran solos en casa, la confianza que estos crean permiten que el menor baje la guardia.

El menor será bombardeado con temas sexuales; recordemos que son jóvenes que van descubriendo su sexualidad y ese mundo les parecerá fascinante y abordarlo con alguien que consideran de su misma edad no lo verán malo, serán motivados a tomarse fotos comprometedoras y enviarlas.

Lamentablemente ese paso dará inicio a chantajes, el predador amenazara con contarle a sus padres, difundir esa fotos con su grupo de amigos o publicarlas en sus redes sociales, (recordemos que para ese entonces el pederasta ya tiene mucha información del menor), y le pedirá fotos cada vez más atrevidas para evitar su difusión. Esto se volverá una bola de nieve que el menor no sabrá cómo controlarla y por el miedo aceptaran tener un encuentro que finalice con el abuso sexual de la víctima.

Muchos de estos jóvenes han optado por el suicidio ya que consideran vergonzoso lo sucedido y no se sienten con la confianza de buscar ayuda.

Este tipo de delitos debe ser abordado y planear una estrategia de prevención; padres y familiares deben supervisar los lugares donde navegan sus hijos, conocer a sus amistades, hablar con ellos sobre el tema, tengan el conocimiento de que esto existe y estén prevenidos, en las escuelas deben ofrecer platicas con especialistas que aborden el tema de forma que un niño lo comprenda y se proteja así mismo.

Con base en la creciente lista de víctimas, las diferentes autoridades han tenido que tomar medidas para sancionar este tipo de delitos y  la más reciente fue en el 2019 con la Ley Olimpia, que consiste en  reconocer y sancionar la violencia digital, hostigamiento, difusión de información privada, así como de contenido sexual, pero estos avances legales tienen que ir de la mano con la prevención, un trabajo en conjunto de la comunidad con el estado.

Beatriz Aguilar Alejandrez

Egresada de Universidad Xochicalco con Maestría en Docencia Universitaria y Máster en Criminología, Delincuencia y Victimología por la Universidad Internacional de Valencia. Desde hace más de 16 años me enfoque en materia civil para apoyar a las familias y el bienestar de sus hijos.

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