Tras 113 de plantón y 13 de días de huelga de hambre, mujeres del colectivo Haz Valer Mi Libertad pidieron a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, no actuar con indiferencia a sus demandas e intervenga para aplicar la amnistía en casos en los que se ha documentado violaciones de derechos humanos durante los procesos penales.
La activista Lady Plácido dijo que con la llegada Gómez Álvarez las huelguistas tienen la esperanza de ser escuchadas, pero sobre todo que el Poder del Ejecutivo se coordine con el Poder Judicial para revisar los casos de condenas erradas, y los injustamente presos puedan ser liberados.
Es de agregar que previo a la toma de posesión como gobernadora, la morenista acudió a Palacio de Gobierno a siete reuniones de transición, y constató que el acceso al recinto es por la avenida Primo de Verdad, debido al plantón que mantienen las madres, esposas, hijas y hermanas de personas inocentes privadas de la libertad; es decir, conoce la causa.
El 12 de septiembre, el ahora encargado de la política interior del gobierno estatal, Horacio Duarte, siendo coordinador de transición de gobierno, aseguró en entrevista para un medio digital que la maestra atendería al Colectivo Haz Valer mi Libertad. Para entonces, ya tenían dos meses de plantón. A la fecha esto no ha sucedido.
Seguramente, porque así nos lo ha dicho, será una de las primeras reuniones que tenga”, dijo en su momento. Una de las primeras actividades de la gobernadora, en su primera semana hábil, fue su gira de agradecimiento por Ecatepec.
El 14 de septiembre al salir del Congreso local para trasladarse al Teatro Morelos, donde dio su mensaje político, la mandataria se acercó a las mujeres pero no concretó alguna reunión o pidió que levantaran el campamento para ofrecer una solución. También el 16 de septiembre durante la conmemoración del 213 aniversario de la Independencia de México, desde el balcón de Palacio de Gobierno, Delfina Gómez saludó a las manifestantes.
Lo cierto, es que a cinco días de haber iniciado su gestión ningún integrante de su gabinete se ha acercado para atender a las huelguistas, que ya presentan complicaciones en su salud por no consumir alimentos, únicamente agua y suero.
Las cuatro madres en huelga de hambre permanecen al interior de una estructura metálica que simula una celda de prisión, que se ha convertido en su domicilio desde hace más de tres meses; tal como permanecen aislados sus hijos por los que piden justicia.
Al exterior de la estructura metálica, las mujeres exhiben botellas vacías del agua y suero que han consumido y que además son proporcionados por ciudadanos que respaldan la lucha contra las violaciones a los derechos humanos.