Los municipios del sur del Estado de México son eminentemente pobres y poco desarrollo y acceso a las tecnologías. En medio de la pandemia y a la crisis económica, este año 2020 el buen fin es poco menos que una anécdota.
Pese a que este año el famoso buen fin se alargó a dos semanas para impulsar el consumo interno, las condiciones sanitarias por la pandemia generada por Covid_19, obligan a evitar el acceso en los grandes centros comerciales y a privilegiar las compras electrónicas con tarjetas de crédito y de débito.
Y bajo este panorama., el los municipios sureños mexiquenses como Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya o Temascaltepec, la campaña estelar de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco) tiene aún menos impacto que en años anteriores porque la bancarización no ha llegado a todos los rincones.
El comercio en las calles de estos municipios es en efectivo y a veces hasta de intercambio. Los pequeños negocios familiares sobreviven a la falta de recursos económicos de las familias que han perdido ingresos y empleos por el impacto del cotonavirus SARS-Cov2 y ante la falta de apoyos gubernamentales.
Ni siquiera establecimientos grandes de cadenas nacionales hacen promoción por el buen fin y los negociantes en pequeño aseguran que no están como para dar descuentos si de por si sus ingresos han caído por la emergencia sanitaria.