Para mucha gente que se formó en las izquierdas mexicanas resulta cada día más difícil entender y defender las políticas y el comportamiento de Andrés Manuel López Obrador.
Uno de los pocos que, con método científico, critica y propone alternativas a sus manejos como jefe de Estado es el doctor en economía Arturo Huerta González, investigador experto en política macroeconómica que se define a sí mismo de “la corriente Postkeynesiana, Marxista y Estructuralista de América Latina”.
Antes del primer informe trimestral de 2020 de López Obrador, donde presentó su Plan para la Reactivación Económica, este reportero obtuvo autorización del Doctor Huerta para difundir un ensayo que recién terminaba con el nombre de Las consecuencias económicas del coronavirus.
Allí, Huerta González anotaba que López Obrador tenía frente a sí la oportunidad de “aprovechar la crisis actual (epidémica, económica y ambiental), para dejar de lado el modelo neoliberal predominante que nos han llevado al no crecimiento, a los altos niveles de desempleo y subempleo y de miseria que el país enfrenta, como el carecer de un sistema de salud capacitado para encarar la pandemia del coronavirus.” (el subrayado es del reportero).
Pero no rompió con el neoliberalismo
Un día después de la presentación del Plan para la Reactivación Económica que, según expresión del Presidente, “rompió el molde del modelo neoliberal”, el economista de izquierda le contradice en un texto que adelantó a este reportero y que comenzaría a circular el 7 de abril:
“La economía nacional enfrenta el coronavirus en un contexto recesivo y el gobierno no rompe con el neoliberalismo para flexibilizar la política económica y así encarar el combate a la pandemia, ni para frenar la crisis que se agrava; por ello y nos llevará a una década perdida, como en los años ochenta.”
Arturo Huerta González de joven, casi recién licenciado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, se integró a un grupo de economistas que, dentro del Partido Comunista Mexicano, perfilaron modelos económicos alternativos. Evolucionó con maestría en la Universidad de Chile, a Doctor en la División de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM donde ha impartido e imparte cursos y cátedras; fue director de la revista Investigación Económica, jefe de la División de Estudios de Posgrado y ha tenido estadías en las universidades de Berkeley, California; de Campinas, Brasil; en Cambridge, Inglaterra y, entre otros en el Instituto Levy de Bard College en E.U. Ha obtenido el Premio Nacional de Economía y otros por investigaciones; es autor de varios libros, miembro del Consejo Editorial (Managing Board of Editors) del Journal of Post Keynesian Economics.
Se quedó corto
El Presidente, anota Arturo Huerta, “solo presentó una ampliación de su programa social de apoyo a los más necesitados… (para lo inmediato) Su Plan no atiende las demandas de las empresas de apoyos fiscales para sortear los problemas que enfrentan de freno de la producción, caída de ventas e ingresos y preservar la capacidad productiva y de generación de empleo. Ni tampoco se presentó un programa de apoyo al ingreso para los que están quedando desempleados, o los que están en la economía informal y viven al día, y se están quedando sin ingreso por la cuarentena.”
“Con lo corto del alcance de su Plan y el límite de su financiamiento, resulta insuficiente para la transformación que desea. Los paquetes de rescate de los países desarrollados son al orden del 10% del PIB, en Perú, es del 12.5% y México trabajará con un déficit primario de -0.4% del PIB.”
“El problema es que su gobierno pasa a actuar en forma pro-ciclica al trabajar con política de austeridad fiscal (que es una política neoclásica, pues reduce la capacidad de gasto y el tamaño del gobierno en la economía).”
Explica: “a la caída del consumo e inversión privada y de las exportaciones, se suma la disminución del gasto programable del sector público en términos reales en este año, anunciado en los Pre-Criterios de la Política Económica para este 2020 (p.69). (De ese modo) la política fiscal acompaña la caída de la demanda y se contraerá la actividad económica.”
“La política fiscal debería actuar en forma contra-cíclica. (Esto es,) ante la caída del consumo, de la inversión privada y de las exportaciones, el gobierno debe incrementar el gasto público para contrarrestar la caída de la demanda y evitar la contracción de la actividad económica… la austeridad fiscal desatiende los propósitos nacionales de crecimiento y empleo.”
En su ensayo, como en su artículo posterior, Arturo Huerta reitera en la necesidad de aumentar más el déficit presupuestal, olvidar el superávit primario y aumentar el gasto público para atender la emergencia y para impulsar el cambio que se quiere alejado del neoliberalismo:
Argumenta: “El gasto público deficitario, al impulsar la actividad económica y el empleo, incrementa el ingreso nacional, y con ello los ingresos tributarios y autofinancia el gasto público deficitario y de ahí por qué los países que están aumentando su déficit no se preocupan y no aumentan impuestos. Sus bancos centrales les están comprando deuda a cero las tasas de interés, por lo que no representará carga alguna.
“El Presidente –insiste el doctor en Economía– reiteró en varias ocasiones que “la crisis es transitoria y que se reestablecerá la normalidad” y que “no se detendrá la transformación de México, son más nuestras fortalezas que las debilidades”. El problema es que la crisis no será transitoria, debido a que el país no tiene fortalezas, y si en cambio muchas debilidades.
“Al final de su elocución (el Presidente) hizo referencia a Roosevelt, pero lo que no mencionó es que dicho estadista sacó a Estados Unidos de la crisis de 1929-1933 gracias al New Deal, que consistió en dejar de lado el patrón oro, lo que le permitió retomar el control de la moneda para financiarse con ella e incrementar el gasto público para retomar el crecimiento económico y generar empleo, cosa de debe aprender de Roosevelt.
En su ensayo, aún inédito, el Doctor Huerta González enumeró otras medidas para seguir alejándose del modelo neoliberal: “apoyo condicionado a las empresas que mantengan el empleo y el ingreso de sus trabajadores”; bajar la tasa de interés a cero; imponer control cambiario para frenar la fuga de capitales; orientar el gasto público para estimular al sector productivo, con aumento al empleo no temporal, así como el ingreso nacional. El fin es aumentar la demanda interna de mercancías y bienes….”
El economista de izquierda anota una propuesta final en su artículo para prensa: “El Presidente tiene que deshacerse de los economistas neoliberales que lo asesoran, que no solo lo hacen quedar mal, sino que sus recomendaciones nos llevan a una crisis de proporciones (?)”.