Es el estado por el que atraviesa el cuerpo de un ser vivo al morir, la rigidez e inflexibilidad de las extremidades es causada por los cambios químicos que sufren los músculos, provocando su retraimiento, cuando el corazón deja de latir, se suspende la circulación de sangre en el cuerpo, comenzando a perder temperatura y lo invade el endurecimiento.
Haciendo una retrospectiva historia, se revisa que esta información no era tomada en cuenta e innumerables errores se suscitaron en asesinatos violentos, en 1,507 las autopsias se comenzaron a considerar para determinar causas de muerte, en ese tiempo muchos médicos no comprendían exactamente lo que ocurría en los cadáveres e interpretaban como muecas de horror o de pánico lo que en realidad eran resultados de cambios físico por el endurecimiento de músculos, pero fue a partir de finales de 1,800 cuando se consideraron los fenómenos cadavéricos para determinar la hora de la muerte.
Alexander Lacassagne realizo diversos estudios que ofrecieron un verdadero avance en la comprensión de los fenómenos que tienen lugar en un cuerpo inmediatamente después de su muerte, pero a partir de 1900 que las invenciones tecnológicas como el microscopio, rayos X y en 1971 con la resonancia magnética que la medicina forense se vio favorecida.
Con la llegada de la muerte, cesa nuestro sistema de regulación homeotérmico, por lo que en un cuerpo que se encuentra a la intemperie esta rigidez comenzará a mostrarse entre las 4 y las 7 horas después de la muerte dependiendo la temperatura existente, este proceso iniciará por los músculos de la cara, mandíbula y cuello, de 7 a 9 horas seguirá, tronco y extremidades como brazos y piernas, de 12 a 18 horas el rigor mortis estará presente en todo el cuerpo, para las 24 y 36 horas habrá desaparecido la rigidez en el mismo orden que inicio.
Si un cuerpo está sumergido en agua, dependiendo de la temperatura de esta pueden pasar de 5 a 10 horas para que este se enfrié y la rigidez variaría, pudiendo pasar entre 2 a 4 días para que finalice el proceso antes mencionado. La correcta aplicación de esta técnica nos permitirá datar una muerte, tomando en cuenta todas las variantes descritas, el calor acelera y el frio ralentiza el proceso.
Determinar el tiempo de muerte es muy importante desde el punto de vista legal, en estos casos los médicos forenses deberán determinar la muerte en horas con la observación de los fenómenos cadavéricos, fisiológicos y químicos, en caso de tratarse de días o meses, tendrían que solicitar la ayuda de otras disciplinas como la Entomología forense, el resultado que arroje el dictamen médico permitirá descartar o establecer culpabilidad en sospechosos.
En algunos países para determinar la data de muerte, no solo se analizan los fenómenos cadavéricos, este dictamen se debe regir por un cálculo de intervalo post mortem, apegado a un modelo de acumulación térmica, esto en base a la distribución geográfica de la zona en la que se haya localizado el cuerpo, de esta forma se ofrecerá un informe preciso de la hora de muerte.
En el contexto de las investigaciones forenses los avances que se han realizado han sido con el fin de ofrecer información confiable con una base científica.