Los investigadores que han utilizado el tema gay en el deporte coinciden en que los deportes organizados son una institución altamente homofóbica, por ejemplo Messner:
“El crecimiento de la homofobia en el mundo del deporte es asombrosa. Los niños que practican deportes aprenden pronto que ser gay, o que se sospeche que son gays, o incluso aquellos que sin ser gay pero que son incapaces de demostrar el estatus heterosexual no son aceptados”.
El deporte se ha usado por siglos como una forma de crear, mantener y reproducir la masculinidad hegemónica: los niños pequeños son alejados de las cualidades asociadas con la feminidad o homosexualidad y se les intenta enseñar cómo ser masculino, heterosexual, ser hombre a través de las actividades deportivas, y en ese proceso de enseñanza-aprendizaje, el deporte se convierte en el definidor de la masculinidad en la cultura de masas, y al mismo tiempo en el fabricante de la homofobia.
Los atletas gay de élite, deben seguir la norma heterosexual, permanecer en el closet, ya que son necesarias para el mantenimiento de equipo y las relaciones con los coach y directivos del equipo, como también para garantizar la continuidad de los patrocinios y el apoyo financiero de las empresas privadas y gubernamentales. Por ejemplo en un estudio realizado por Sport Illustrated, se reveló que el 65% de los entrevistados eran menos propensos a comprar una marca que esté o fuera avalada por un atleta o deportista gay, y que un 23% eran menos propensos en adquirir calzado publicitado por un deportista gay.
Los atletas están asociados a la fuerza masculina, por lo tanto es difícil para una cultura que está tan saturada de testosterona en aceptar atletas homosexuales, simplemente porque ser gay amenaza la identidad de la imagen deportiva masculina, donde se proyecta la idea de que sólo por jugar al fútbol, beisbol o básquet significa o es inherente a lo masculino. La homofobia en el deporte masculino es a menudo debido al miedo a la pérdida de la imagen de macho dada y sostenida por siglos por la heteronormativa.
El deporte no solo rechaza la homosexualidad, sino también venera la híper-heterosexualidad; los hombres gays son percibidos en gran parte como participantes desviados y peligrosos en la arena, en el estadio, en el césped, en el cuadrilátero y otros espacios deportivos porque desafían las estructuras culturalmente definida de la masculinidad hegemónica.
Pero, ¿qué pasa cuando un deportista revela su homosexualidad? Voy a mencionar solo algunos casos:
De los primero deportistas gay que se tiene conocimiento es Jacinto, Príncipe de Esparta, el cual practicaba el lanzamiento de disco.
Jacinto practicaba el lanzamiento de disco con una placa metálica delgada, de 19 o 12 pulgadas de ancho, hecha de hierro fundido a mano o plomo. Y consistía en lanzar el disco al cerebro de un animal en caso de los juegos y en caso de guerra a las cabezas de los enemigos. El día de su muerte ocurre durante unos juegos realizados por el Rey Amyclas, padre de Jacinto, este joven era el orgullo de su padre, el deseo sexual de muchos y futuro rey de la casa Espartana, se dice que otros no estaban contentos con él, ya que se empezaba a estigmatizar la homosexualidad. Se dice que la muerte de Jacinto, fue orquestada desde el mismo trono espartano para evitar la llegada de un homosexual al trono y favorecer a su hermano que era heterosexual. Jacinto muere al chocar en su cráneo el discóbolo o disco lanzado por su amante y compañero de deporte.
William Tatem Tilden II (10 de febrero de 1893 – 5 de junio de 1953) fue una estrella del tenis estadounidense entre 1920 y 1930 considerado como número uno del mundo durante siete años y entre los más grandes tenistas que ha dado la historia.
Su gran categoría, su supremacía y su fama lo hicieron uno de los hombres más influyentes en la historia del llamado “deporte blanco”, cambiando la imagen de éste en todo el mundo.
En 1949, la Asociación Nacional de Cronistas Deportivos lo nombró el atleta más destacado de la mitad del siglo. Sus logros en la década de los 20s son legendarios: siete títulos del US Open, tres campeonatos de Wimbledon, siete títulos estadounidenses sobre campo de arcilla, y seis campeonatos de EE.UU. dobles.
Las habilidades atléticas de Tilden comenzaron a decaer en la década de 1930 cuando fue conocida su homosexualidad en el mundo del tenis. Injustamente condenado al destierro y excluido gradualmente de los torneos de tenis más importantes. En 1946 y 1949 fue arrestado y encarcelado por “corrupción de menores” por mantener relaciones sexuales con adolescentes en la ciudad de Los Ángeles. Muere en 1953 a la edad de 60 años, olvidado, solo y convertido en ex convicto.
David Marquette Kopay (28 de junio de 1942) es un ex jugador de futbol americano profesional, en 1975 se convirtió en uno de los primeros jugadores profesionales en salir del clóset. Después de su retiro de la NFL fue considerado para el puesto de entrenador en jefe, pero se cree que fue rechazado por los equipos profesionales y universitarios debido a su orientación sexual. Kopay abrió las puertas a que muchos (o mejor dicho algunos) atletas o deportistas declararan su preferencia sexual en la década de los setenta.
Desde Kopay, sólo cuatro jugadores adicionales ex NFL se declararon gay, Roy Simmons en 1992, Tuaolo Esera en 2002, Wade Davis en 2012 y Kwame Harris en 2013. Kopay se ha acreditado como una inspiración a estos atletas a ser más abiertos en su orientación sexual.
Si hay un deporte en el que se han visto pocos casos es en el fútbol, ya que son escasísimas las ocasiones en las que un futbolista ha declarado abiertamente su homosexualidad. El ejemplo más destacado es el del malogrado jugador inglés Justin Fashanu. Tras reconocer su homosexualidad, su propio hermano le calificó de «paria» y su polémico entrenador en el Nottingham Forest, Brian Clough, le prohibió entrenar con el equipo por lo que su carrera fue cayendo poco a poco en picado. Años después, en 1998, fue denunciado por agresión sexual por un adolescente en Estados Unidos y apareció ahorcado un mes más tarde. Junto a su cadáver su nota de despedida afirmaba que “la opinión pública ya le había juzgado y condenado”. Tenía sólo 37 años.
En 1992, Roy Simmnons, quien había sido un jugador ofensivo en la NFL por los Whashington RedSkins y Giants de Nueva York en la década de los 80s, salió en un programa de televisón nacional “The Phill Donahue Show” declarando su homosexualidad. A raíz de la revelación, Simmnons se desvaneció en el olvido, pero en 2003, el Día Mundial del SIDA, reveló que había sido contagiado en 1997.
Estos son solo algunos casos de jugadores que por una u otra forma tuvieron que dieron a conocer al mundo que eran homosexuales, con las consecuencias propias de dicha confesión.
Aunque este siglo se ve lleno de esperanza para los deportistas gays, aún existe una estigmatización y muchos temen declarar su verdadera sexualidad a sus compañeros, jefes y al público aficionado. Lo cierto es que hoy en día, los gays son más visibles y van ganando terreno como ciudadanos que son y haciendo valer sus derechos, no obstante la homofobia está aún muy extendida en nuestra sociedad, la heteronormativa no cede fácilmente aunque en occidente esta visión está cambiando, no podemos decir lo mismo de aquellos 80 países del mundo donde ser homosexual es un crimen. Debemos trabajar por la aceptación de los gays no sólo en los deportes sino también como individuos comunes de la sociedad, que cumplen con sus deberes sociales, fiscales, económicos, entre otros y como tal debemos tener los derechos que la justicia nos ha negado desde hace mucho tiempo.
El mundo del deporte se mueve al mismo son que la sociedad baila, la sociedad vive en constante evolución para el bien de sus ciudadanos, el deporte es un reflejo de la sociedad y por lo tanto el deporte tiene que evolucionar.