El trastorno de identidad disociativo es el nombre por el que se identifica al trastorno de personalidad múltiple, el cual consiste en una alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno, cada persona experimenta situaciones en su vida diarias, estas se van grabando e integrando en continuidad en nuestro cerebro, generándose como un proceso natural, en el caso de personalidad múltiple no es así y explicaremos el porque.
El primer caso conocido con esta enfermedad fue en 1791, el médico de Eberhardt Gmelin trato a una joven alemana que de repente comenzó a hablar en francés o en alemán con acento francés, en este caso existía una relación entre las dos personalidades, ya que la personalidad secundaria sabia de la personalidad primaria y mantenía recuerdos, pero la primaria desconocía de la existencia de la personalidad secundaria.
Un evento traumático o conflictos internos intolerables ocurridos en la infancia puede impedir en algunos niños la integración de sus experiencias como parte de su identidad, la persona está bajo el control de dos identidades distintas que se alternan, siempre habrá un detonante que permita salir ese alter ego y la persona puede no recordar información de esos momentos, tendrá una laguna de lo que sucedió en esos minutos que se desconectó.
La personalidad múltiple es un trastorno poco frecuente y excepcional en el ámbito forense, aunque se tiene registro sobre una mujer de 27 años que deposito a su bebé recién nacido en una bolsa deportiva y lo arrojo a un contenedor de basura, muriendo este por inanición, en este caso la personalidad secundaria no estaba consciente del embarazo y al dar a luz lo registra como algo extraño y lo desecha. La historia clínica de la mujer saca a la luz una infancia y adolescencia con vejaciones y malos tratos, independiente del diagnóstico fue sentenciada por homicidio con agravante de parentesco, pero con atenuante de enajenación mental incompleta a la par de un tratamiento psiquiátrico.
El fenómeno disociativo es un mecanismo defensivo contra un trauma, distanciando a la persona del mismo y retrasando la integración de este en la vida psíquica, en otras palabras, mantiene determinada información alejada de la conciencia, almacenándose de un modo directo, no transformado y recuperándose (al contrario de lo que ocurre con un sueño) de la misma forma comprende un periodo de tiempo, desencadenándose después de un episodio psicotraumático.
Este es un proceso involuntario y cuando una de las personalidades predomina en el momento, hace desaparecer a la otra, de tal forma que la personalidad primaria no tiene conciencia ni control de las personalidades, que adquieren roles y conductas diferentes, cada alter ego será distinto, formas de actuar, pensar, evidenciando el cómo se relaciona con su entorno, hay individuos que llegan a tener conciencia de ellas, en cierta medida, pero las consideran como compañeros o amigos.
La mente del individuo puede crear dos o más identidades o estados de personalidad surgidas por la disociación y al menos 2 de estas controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo, este trastorno no se crea por efectos fisiológicos de una sustancia como intoxicación alcohólica o una enfermedad médica.