Docentes, en la primera línea de la atención educativa
A un año de pandemia, la docencia en México está cansada y mostrando un impacto emocional en su desempeño.
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A un año de pandemia, la docencia en México está cansada y mostrando un impacto emocional en su desempeño.
Siempre que hemos tenido una charla, acompañadas de una taza de té, de café, una copa de vino, una cerveza fría o un vaso con soda, me he sentido plena con cada una de ustedes.
Acuerdos migratorios, las eternas promesas de los gobiernos demócratas de Estados Unidos. Biden ¿será la excepción?
La diversidad de familias también ha creado una diversidad de violencia intrafamiliar.
Después de algunos minutos de reflexionar aquella frase, decidí que estaba segura, a pesar de todo, que quería ser de esas personas que hacen el mundo.
Érase una vez un mundo que paró. Las escuelas vacías y las casas llenas. Las computadoras encendidas y los abrazos apagados. Los adultos preocupados y los niños y niñas también.
¿Qué tanto la pandemia nos ha hecho manipular y esconder nuestras emociones?
Compartir, enseñar, guiar, acompañar, cuidar y sensibilizar son algunas de sus funciones. Mejor dicho, son algunas de sus valiosísimas aportaciones a la sociedad.
Es justo, en primer lugar, abrir los ojos y saber que lo que ellos y ellas hacen es un trabajo digno, y si no lo es, se convierte en explotación. En segundo lugar, reconocer que el trabajo en el hogar también es un trabajo y no sólo algo que “deben” hacer por la familia.
Deseo que los adultos mayores que viven solos o que han sufrido la pérdida de su pareja o algún ser querido, quienes no han podido hacer la cuarentena porque deben trabajar, o quienes no creen que exista la enfermedad porque la información que les ha llegado es falsa, puedan encontrar fortaleza y compartir el tiempo y sus emociones con alguien en este tiempo de cuarentena.