Nadie sabe cuántas son ni realmente dónde duermen; lo único cierto es que ninguna autoridad municipal del Valle de Toluca ni del Gobierno del Estado está ocupada de lo que le suceda a la población en situación de calle.
Guillermo es uno de ellos. Acepta la entrevista, pero con la condición de que el reportero le invite «un refresco» y hasta recorrido por el mercado Juárez hizo.
«Me llamo Guillermo -aclara- no Memo ni nada de eso».
Camina por los pasillos del mercado más grande de Toluca y platica con dependientes y locatarios. La mayoría le da unas monedas a cambio de que saque su basura y la lleve a los contenedores.
Faltan pocos días para que el frío invernal comience a sentirse con mayor intensidad y si el resto del año no hay programas ni políticas públicas de atención a quienes sobreviven en las calles, en esta temporada del año parece que no habrá ningún cambio.
Los municipios de la zona conurbada de Toluca reconocen que no tienen ningún programa que brinde ningún tipo de atención para la población callejera en sus territorios.
A nivel estatal no existe un registro ni censo que indique cuántos hombres, mujeres, niños o niñas viven, trabajan y duermen en la calle.
Sólo el Ayuntamiento de San Mateo Atenco cuenta con un programa de atención a infantes que viven en la calle, a quienes busca rescatar de esa situación con actividades recreativas y alimento, pero no tiene dónde darles albergue seguro y entonces los niños y niñas regresan a la calle.
San Mateo contrató a una trabajadora social adscrita a la Procuraduría de protección de niñas, niños y adolescentes, quien recibe un pago mensual de ocho mil 988.52 pesos para atender a los 40 infantes que tenían registrados en este programa de atención.
La funcionaria no atiende a ninguna persona adulta que se encuentre en situación de calle y tampoco saben cuántos son.
Ni les ven
En el mercado Juárez, mientras pasea por los pasillos, Guillermo hace una mueca y con malestar responde que a él nadie lo va a ver de ningún gobierno. Dice que no le hace falta, porque trabaja sacando la basura y además del dinero que recibe, a veces le dan de comer y le permiten dormir en la zona donde las carnicerías y pollerías destazan sus mercancías.
El «chemo» (solventes) hacen que el hambre se olvide, así lleva Guillermo veintitantos años en la calle».
Pero tiene familia. Su hermano a veces pasa a verle y darle algo de comer. A veces su ex mujer y sus dos hijos pasan a darle una vuelta y comprobar que sigue vivo, pero no intentan ya convencerlo de que regrese a casa.
Pero para quienes visitan el mercado, Guillermo y el resto de indigentes son parte de la escenografía cotidiana; se han vuelto invisibles allí como en las calles de estos municipios que contribuyen a mantenerles en el abandono.
Los ayuntamientos de Calimaya, Ocoyoacác, Zinacantepec reconocen que no tienen ningún programa ni recursos asignados para atender a la población en situación de calle en sus municipios y tampoco informan si tienen intención de hacerlo.
Y los municipios más grandes, ricos e importantes, Toluca de Lerdo, Metepec y Lerma de Villada, de plano ni siquiera tienen disposición de responder a las solicitudes de información.
El Gobierno de Lerma, que encabeza el priista Jaime Cervantes Sánchez, respondió a través de su tesorero municipal Horacio Ríos Sánchez que «no es posible atender su solicitud de información, ya que no menciona a qué año se refiere», cuando este año 2019 es apenas el primero de la administración municipal. oficio teso 95 Lerma
Por su parte, la oficina de transparencia del Ayuntamiento morenista de Metepec, que encabeza Gabriela Gamboa Sánchez, respondió en su oficio con un enlace a la plataforma de transparencia (Ipomex) donde informa de los programas sociales que aplica, pero que ninguno está destinado exprofeso a población callejera. (Ver liga)
En tanto, el gobierno de la capital mexiquense, del también morenista Juan Rodolfo Sánchez Gómez remitió un oficio firmado por Ricardo Arzate Rogel, director de programas sociales y apoyo a la educación, que no ejecutan ningún programa en beneficio de las personas que no tienen hogar. Respuesta_1209
Ni las ONG les voltean a ver
A la indiferencia oficial se suma que en el Valle de Toluca no hay ninguna organización de la sociedad civil que trabaje específicamente en el acompañamiento a esta población que se encuentra en vulnerabilidad.
La falta de atención a la población callejera del Valle de Toluca empeora, pues no sólo requieren de ayuda alimentaria o cobijas para que no sientan frío por la noche, la desatención contribuye a negarles otros derechos.
Luis Enrique Hernández Aguilar, director de la organización El Caracol, que trabaja con población callejera en Ciudad de México, destacó la importancia de darle certeza jurídica a estas personas.
El gobierno debe garantizarles que cuenten con actas de nacimiento, credenciales de elector y demás documentos con los que puedan acceder a otro tipo de programas y beneficios institucionales; pues en la mayoría de los casos para acceder a becas, despensas, atención médica y otros, es necesario que se identifiquen o que cuenten con comprobantes de domicilio, a lo que dificilmente acceden quienes viven en la calle.
El Gobierno del Estado de México ni los municipios tienen una estrategia que permita a las personas en situación de calle tramitar documentos de identidad, lo que representa la violación a sus derechos humanos.
Y a esto se suma que la propia Comisión de Derechos Humanos del Estado de México tampoco tiene registro de quejas, denuncias, investigaciones ni recomendaciones emitidas por la violación a las garantías de las personas que sobreviven sin hogar, lo que eleva aún más su condición de vulnerabilidad y abandono.
Por eso Guillermo ni se inmuta. Para él todos los días son iguales. Despierta y deambula en el mercado; se duerme de repente en las jardineras; busca a quienes le venden droga dentro del mismo mercado y cuando cierran los locales es entonces cuando se va él también a guardarse, hasta que los carniceros y polleros llegan a despertarlo a eso de las 4 de la mañana del día siguiente.
Un comentario en «Vivir en la calle… vivir en el olvido»