El ácido sulfúrico, sustancia que se usa para limpiar desagües, se ha convertido en un arma que provoca quemaduras de primero, segundo y tercer e incluso la muerte y sus víctimas en el Estado de México han sido mujeres.
Carmen fue atacada a las puertas de su casa por su ex pareja en febrero de 2014, en calles del municipio de Ixtapaluca, en la zona oriente del Estado Su rostro quedó desfigurado, por las quemaduras de segundo y tercer grado y a la fecha ha tenido que enfrentar 55 cirugías reconstructivas.
Ahora es activista y a través de su asociación Renaciendo, ha emprendido una campaña para visibilizar los casos y exigir al gobierno y al Congreso del Estado que reformen el marco jurídico para que estos ataques con ácido sean tipificados como delito grave.
Y es que actualmente en las agencias del Ministerio Público las lesiones ocasionadas con sustancias tóxicas están catalogadas como lesiones graves y tampoco se consideran actos violentos en razón de género.
El artículo 237 fracción II del Capítulo Lesiones del Código Penal del Estado de México sólo hace referencia a las lesiones que puede sufrir una víctima, pero no se abordan como violencia de género. En este apartado, se mencionan las penas vigentes que van desde los seis meses hasta los dos años de prisión cuando el ofendido resulte con cicatriz notable y permanente en la cara.
Pese a que este tipo de agresiones no está tipificado en el Código Penal, en el Congreso del Estado de México tampoco han presentado ninguna iniciativa para reformar el catálogo de delitos graves o que consideren el ataque con ácidos y sustancias tóxicas como feminicidio en grado de tentativa. (Ver Código Penal vigente)
Guadalupe Mariana Uribe Bernal, diputada del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, y Araceli Casasola Salazar, diputada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), reconocen que las agresiones de esta naturaleza no las “tenían en el radar”, por tanto no tienen idea del tamaño del problema, no tienen datos de casos registrados y no saben cómo legislarlo.
«Como tal el tema de las agresiones con ácido, no. Pero buscaremos las lagunas jurídicas para elevarlo a delito», dijo Casasola Salazar.
Fácil de conseguir, el daño les sale barato.
Diana Karen Castro Estrada, coordinadora de Extensión y Vinculación de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), dijo que sustancias como el ácido sulfúrico, sulfhídrico y nítrico que se usan para agredir mujeres son de venta masiva sin restricciones y se pueden conseguir prácticamente en cualquier tlapalería o ferretería porque su venta no está regulada.
El litro de ácido sulfúrico cuesta 50 pesos y se adquiere en tlapalerías y ferreterías. La Ley Federal para el Control de Precursores Químicos y Productos Químicos Esenciales – publicada en 1997- en su artículo 4 fracción II clasifica el ácido sulfúrico como producto químico esencial y no como precursor químico, por lo que su comercialización no requiere permiso en todos los casos.
“El ácido sulfúrico es de los más usados para violentar a mujeres. Dañarlas les sale barato”, dijo la académica.
Esta clase de corrosivos no sólo provoca irritación sino que pueden llegar a destruir completamente los tejidos y huesos. En caso de ser rociado en los ojos puede causar ceguera.
La afectación depende de la concentración del líquido y el tiempo de la exposición, en algunos casos a la víctima le podría enfrentar un shock circulatorio y fallecer”.
Fernando Sergio Luján, Jefe de Servicio de Quemaduras de la Unidad Médica de Alta Especialidad del hospital «Magdalena de las Salinas», dijo que en los últimos dos meses han ingresado a la clínica cinco mujeres quemadas por agentes químicos, cuyo victimario fue la expareja o persona cercana a la víctima.
Los casos que hasta ahora atienden provienen de los municipios de Ecatepec, Tlalnepantla e Ixtapaluca.
Para el especialista es necesario que se hagan las reformas al Código Penal para que este tipo de ataques sean castigados con severidad y los agresores sean quienes paguen las cirugías reconstructivas a las que deben ser sometidas las pacientes.
Dependiendo de la circusntacias y la gravedad de las lesiones, la cirugía puede elevarse al medio millón de pesos.
«Se les debe exigir reparar el daño. Este tipo de agresiones tienen el fin de defigurar el rostro y el cuello, afectan la visión en casi todos los casos».
Nancy, probable víctima al azar
Ante la incapacidad de la autoridad y lo barato que es conseguir ácido, apenas el 7 de agosto Nancy “N” sufrió un ataque cuando se dirigía a su empleo en el municipio de Ixtapaluca.
“Eran aproximadamente las 7:30 de la noche, caminaba sobre el callejón Moctezuma rumbo a mi trabajo cuando de repente un hombre vestido de negro y montado en bicicleta que se encontraba en la parte alta de la avenida, circuló hacia mí y me bañó la cara con una sustancia”, narró la joven de 23 años de edad, que resultó con quemaduras de segundo grado.
No obstante que en la denuncia presentada ante el Ministerio Público quedó asentado que Nancy no identifica a su agresor, las autoridades insisten en incriminar a su ex pareja.
“Les resulta más fácil culpar a alguien sin investigar y cerrar el caso. He pedido que revisen las cámaras de videovigilancia pero la respuesta es que éstas comienzan a operar después de las 8:00 de la noche, y la agresión hacia mi hija fue antes de esa hora”, indicó Don José, padre de la chica, quien reclama justicia.
Los casos de agresiones con ácido en contra de mujeres son parte del clima de violencia permanente en un estado que ocupa el segundo lugar en feminicidios, con un mecanismo de Alerta de Violencia de Género fallido.
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