La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) entró en un punto de quiebre. El proceso de sucesión en la rectoría colapsó bajo presión estudiantil, decisiones judiciales y fracturas internas. La elección prevista para este 14 de mayo ya no ocurrirá.
De cinco candidatas avaladas, una renunció y otra regresó por orden judicial
El Consejo Universitario aceptó cinco candidaturas en marzo. Sin embargo, el proceso excluyó a perfiles con peso académico, como Laura Benhumea. Ella acudió a tribunales y ganó un amparo. El juez obligó a la UAEMéx a reintegrarla como candidata .
Días después, Eréndira Fierro —quien era vista como la aspirante oficialista— se bajó de la contienda. Alegó razones éticas. Su renuncia dejó el proceso sin rumbo y expuso fracturas dentro del grupo en el poder.
Un audio desató la revuelta
El 23 de abril, se filtró un audio atribuido al rector saliente, Carlos Eduardo Barrera Díaz. En él, advierte que si no gana su candidata, “se lleva el dinero”. La grabación detonó paros, protestas y la toma de rectoría por parte de estudiantes .
Desde el 6 de mayo, facultades y preparatorias comenzaron un paro indefinido. Al 13 de mayo, la mayoría de planteles permanecen en paro. La comunidad estudiantil exige:
- Voto universal para elegir al próximo rector
- Auditoría externa a las finanzas
- Cese de represalias y violencia institucional
- Atención urgente a denuncias de género
- Suspensión definitiva del proceso actual
Autoridades guardan silencio; el Congreso se mueve
El gobierno estatal se deslindó. Horacio Duarte, secretario de Gobierno, aseguró que respetan la autonomía universitaria. Sin embargo, en el Congreso, Morena propuso modificar la Ley Universitaria para relajar los requisitos para aspirar a la rectoría.
La iniciativa plantea eliminar la exigencia de cinco años de antigüedad con jornada completa. Esto abriría el proceso a más perfiles y reduciría el control del grupo dominante .
¿Y ahora qué?
La UAEMéx suspendió el proceso electoral sin fijar nueva fecha. La crisis sigue abierta.
El Consejo Universitario deberá resolver si nombra a un rector interino o si convoca a un nuevo proceso bajo reglas distintas. Mientras tanto, el movimiento estudiantil crece, y por primera vez en décadas, la universidad parece no estar bajo control del grupo político que la ha dirigido por más de 20 años.